MQ-1C Gray Eagle MQ-1C Gray Eagle

La Casa Blanca ha suspendido los planes para vender cuatro drones de combate MQ-1C Gray Eagle a Kiev debido a los temores de que la tecnología pueda caer en manos rusas, informó Reuters el viernes, citando a personas familiarizadas con el asunto.

Según el informe, la venta fue aprobada inicialmente por la Casa Blanca, pero luego fue señalada por la Administración de Seguridad de Tecnología de Defensa (DTSA) del Pentágono, que tiene la tarea de mantener la tecnología de alto valor fuera del alcance del enemigo.

Se dice que los funcionarios están preocupados de que los rusos puedan capturar el radar y el equipo de vigilancia del dron. El tema se había pasado por alto, pero surgió durante una reunión en el Pentágono a fines de la semana pasada, dijo Reuters.

Se citó a una fuente diciendo que el radar y los sensores ahora podrían reemplazarse por algo "menos sofisticado" para que la venta se lleve a cabo, pero eso podría llevar meses en completarse.

El Gray Eagle es la versión más nueva del dron de ataque MQ-1 Predator del Ejército de EE. UU., que ha sido ampliamente utilizado para ataques aéreos en el Medio Oriente. Al igual que el Predator, el Grey Eagle puede transportar misiles Hellfire.

La venta planificada se informó a principios de junio y no ha sido confirmada oficialmente por EE. UU.

El informe de la demora se produce cuando Ucrania continúa presionando a Occidente para que amplíe y acelere la entrega de armas para defenderse de la ofensiva rusa.

"Si cree que debemos perder, solo díganos directamente: 'Queremos que pierda'. Entonces entenderemos por qué nos da armas a este nivel", dijo Mikhail Podoliak, asesor del presidente Volodymyr Zelensky, al New York Times. los lunes.

Rusia atacó al estado vecino a fines de febrero, luego de que Ucrania no implementara los términos de los acuerdos de Minsk, firmados por primera vez en 2014, y el eventual reconocimiento de Moscú de las repúblicas de Donbass de Donetsk y Lugansk. Los protocolos negociados por Alemania y Francia fueron diseñados para otorgar a las regiones separatistas un estatus especial dentro del estado ucraniano.

Desde entonces, el Kremlin ha exigido que Ucrania se declare oficialmente un país neutral que nunca se unirá al bloque militar de la OTAN liderado por Estados Unidos. Kiev insiste en que la ofensiva rusa no fue provocada en absoluto y ha negado las afirmaciones de que planeaba retomar las dos repúblicas por la fuerza.

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