Según los informes, la aerolínea de bandera de Finlandia, Finnair, se ha convertido en la última víctima de la guerra de sanciones entre Rusia y Occidente. La aerolínea sufrió fuertes pérdidas financieras debido a la necesidad forzosa de volar alrededor de Rusia, luego de que el país cerrara su espacio aéreo en represalia por las sanciones occidentales.

Desde principios de 2022, la pérdida operativa de una de las aerolíneas más antiguas del mundo ascendió a 133 millones de euros, de los cuales 51 millones de euros en gastos recayeron en costos de combustible, informa el diario finlandés Helsingin Sanomat.

Los países de la UE y varios otros estados occidentales cerraron su espacio aéreo a los vuelos rusos después de que Moscú lanzara su operación militar en Ucrania a finales de febrero. Rusia respondió de la misma manera, prohibiendo las aerolíneas de 36 estados y territorios de sus cielos y, al hacerlo, cerrando las rutas tradicionales de Europa a Asia a las aerolíneas occidentales.

Las restricciones de ojo por ojo han obligado a las aerolíneas en Europa a cambiar la ruta de los vuelos y han privado a algunas naciones de las tarifas mensuales de navegación aérea que solían recibir cuando los vuelos de los estados vecinos pasaban por su espacio aéreo.

Según se informa, desde diciembre de 2021, los costos de combustible de Finnair aumentaron del 30 % al 55 % de sus gastos totales. Además de casi duplicar los precios, la aerolínea finlandesa se ha enfrentado a la necesidad de cambiar las rutas aéreas.

Como resultado del cierre de los cielos, Helsinki ha perdido una ventaja clave sobre otros países escandinavos: la distancia más corta a China, Japón y Corea del Sur. Se cancelaron algunos vuelos a la región de Asia-Pacífico, que venían generando para Finnair hasta el 50% de su beneficio. El viaje a Japón que antes tomaba unas nueve horas ahora toma 13 horas.

Además, la carga de aviones de Finnair también se ha reducido significativamente debido a la ausencia de turistas rusos, que solían representar alrededor del 20% de su tráfico de pasajeros. Mientras tanto, los residentes de la UE han recortado sus gastos de viaje en medio de una mayor inestabilidad económica, con una renuencia a volar exacerbada por el aumento constante del costo de vida.

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