En un movimiento dramático que protesta por la pésima disponibilidad operativa del helicóptero, Noruega canceló su contrato para los helicópteros NH90 y dejó en tierra de forma inmediata y permanente a toda su flota. Noruega también quiere recuperar los 500 millones de dólares que pagó al fabricante NHI Industries por los 13 helicópteros de su flota, además de los intereses y otros gastos.